La gitanilla
Primera de las Novelas ejemplares, la que abre el volumen de 1613, para empezar reflejando esa inquietud de «mostrar con propiedad un desatino». Desatino social, en este caso, porque en la España de entonces era impensable la relación amorosa entre un caballero cortesano y una muchacha gitana. Aunque igual de impensable era encontrar una gitana virtuosa de comportamiento ejemplar.