Eurídice y Orfeo
Eurídice y Orfeo constituye un punto de inflexión en la producción dramática de Antonio de Solís (1610-1686) hacia el teatro cortesano. Su primera representación tuvo lugar en 1643, en el virreinato de Navarra y al servicio del conde de Oropesa. En 1655, cuando Solís ya ha sido nombrado dramaturgo del rey junto a Calderón, la obra regresa a los escenarios adaptada a un nuevo público, a la ingeniería escénica y al fasto de la corte.